Beneficios del agua de mar (procesada y diluida) al ingerirla:
- Rica en Minerales y Oligoelementos: El agua de mar contiene una amplia gama de minerales y oligoelementos (más de 90 elementos de la tabla periódica), como magnesio, calcio, potasio, zinc, yodo, manganeso, que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
- Remineralización: Ayuda a reponer los minerales perdidos por el desgaste diario, el ejercicio físico o una dieta desequilibrada, contribuyendo a la remineralización del cuerpo.
- Apoyo al Equilibrio Electrolítico: Contribuye a mantener el equilibrio de electrolitos en el cuerpo, fundamental para funciones nerviosas, musculares y el metabolismo energético.
- Hidratación (en forma isotónica): Cuando se diluye adecuadamente hasta alcanzar una salinidad similar a la de nuestro plasma sanguíneo (agua de mar isotónica), puede ser un excelente rehidratante natural, especialmente después del ejercicio.
- Mejora de la Digestión y el Tránsito Intestinal: Se cree que puede ayudar a procesar mejor los alimentos, evitar digestiones pesadas y, en concentraciones más altas (hipertónica), puede actuar como un laxante natural suave, estimulando los movimientos intestinales.
- Alcalinización del Organismo: Algunos defensores sugieren que puede ayudar a equilibrar el pH del cuerpo, reduciendo el exceso de acidez celular.
- Soporte a la Salud Ósea y Dental: El contenido de calcio y magnesio puede contribuir a la salud de huesos y dientes.
- Beneficios para el Sistema Nervioso y Muscular: El magnesio, presente en el agua de mar, es crucial para el funcionamiento normal del sistema nervioso y muscular, pudiendo contribuir a reducir el estrés, la ansiedad y la fatiga.
- Potencial Antiinflamatorio y Antioxidante: Algunos estudios sugieren que sus componentes pueden tener propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, protegiendo las células del daño oxidativo.
- Refuerzo Inmunológico: La presencia de diversos nutrientes esenciales puede contribuir a fortalecer el sistema inmunológico.
- Dilución es clave: La mayoría de los beneficios se asocian al consumo de agua de mar isotónica (diluida en proporción 1:3 o 1:4 con agua dulce), lo que la hace compatible con la salinidad de nuestro cuerpo. El agua de mar hipertónica (sin diluir) debe consumirse en cantidades muy pequeñas y bajo supervisión, ya que su alto contenido de sal puede tener efectos laxantes o deshidratantes.
En resumen, si bien el agua de mar no es una "cura milagrosa", su ingesta controlada y en formatos adecuados puede ser un complemento interesante para la remineralización y el apoyo a diversas funciones corporales, siempre y cuando se haga de forma informada y segura.